martes, 7 de octubre de 2008

Pablo de Tarso. Un judío de cultura griega. La Libertad y la Amistad, valores constantes en su vida.Las mujeres como compañeras para extender un Reino



La belleza de la mujer, en todas sus dimensiones, se paseó firme y segura por las primeras Comunidades Cristianas. Su trabajo bien hecho, su pasión por el Maestro de Nazaret, su admiración por María de Nazaret la hicieron piedra angular en la expansión del cristianismo, en la primavera de un "Nuevo Mundo" con una "Nueva manera de Pensar" que emergía con fuerza. Se iniciaba un "cambio de paradigma" que continua en nuestros días con fuerza.

Pablo de Tarso es un judío educado en una cultura griega y con carta de Ciudadanía Romana. Estos elementos hacen que Pablo de Tarso sea un cosmopolita habituado a tratar con personas de diferentes ámbitos y saberse mover con naturalidad. Pablo tiene en mucha estima su libertad e independencia. Gusta del placer por los viajes, conocer gente nueva, entablar relaciones ricas en diálogo y el intercambio de ideas. Llega al punto de aconsejar, en un lenguaje coloquial y espontáneo: "mejor no casarse", "haced como yo"... Con tal de no perder su libertad. Con la agilidad mental que le caracteriza, añade: " igual, os diga lo que os diga, vais a hacer lo que queráis". Reflexiona y opta por la libertad de cada uno. Cuando habla de seguir a Cristo, de recibir su llamada, quiere que cada uno la acepte según esté; soltero, casado, viudo... No importa, lo realmente esencial es "seguir a Cristo". Tampoco tiene preferencias al otorgar cargos, ya sea hombre o mujer, lo que resalta en este caso es el "Carisma", es decir los dones que Dios le ha otorgado a cada uno, para lo que está preparado. Pablo ama tanto su libertad que la pone en brazos de Dios-Amor, sólo el Amor, por lo demás, campo abierto. Este afán por darse y empeñar su libertad en la causa de Jesús, su dignidad y la del prójimo, le lleva por senderos de montaña donde la dificultad para abrirse camino aumenta. El peligro le acecha y su vida se tambalea; naufragios, críticas, envidias, difamación, denuncias, detenciones, encarcelamientos y al final, muerte. Las autoridades que gobiernan, ya sea poder civil o religioso, siempre tienen miedo de aquellas personas que osan pensar por su cuenta y actuar libremente, en consecuencia con esa forma de pensar bastante más avanzada y diferente. Pablo defiende sus ideas con la fuerza de la palabra (después de su Conversión al mensaje de Jesús de Nazaret). Largas conversaciones alcanzarían altas horas de la noche. Así lo confirma en su despedida de la Comunidad de la ciudad de Tróade. Era Domingo y se reunieron para partir el pan y cenar. La conversación de Pablo con los componentes del grupo reunido llegó al alba.

Para exponer sus ideas y proyectos Pablo contaba con un aliado, el valor de la Amistad. Pablo cultiva la amistad, gran valor puesto en realce por el pueblo griego. Él que se ha educado entre griegos sabe bien del valor de un buen amigo. Cuando algunos critican que viaja con mujeres, él cosmopolita y universal, reivindica su derecho de poder ir acompañado por mujeres, hermanas en el amor a Cristo. Las recomienda para puestos importantes en las incipientes Comunidades Cristianas. Las elogia y las pone de modelos en su trabajo por un Reino Nuevo. Respeta su sabiduría y experiencia al ser más veteranas que él en el trabajo misionero. No tiene reparos en alojarse casa de Lidia, gran amiga de Pablo, su protectora. La primera que se une a él en la Ciudad de Filipos. Aquí los varones lo desprecian, le dan de lado a él y el mensaje que trae pero Lidia lo escucha y se adhiere con toda su Casa. Lidia es la primera Europea en extender el Reino de Amor. Muchas críticas recibiría Pablo por el trato con Lidia, acaudalada, más no le importa; lo primero, libertad para amar al prójimo en Cristo. Su firme decisión de extender el mensaje de Jesús le hace saltar todas las barreras. La libertad y la amistad una buena pértiga, muy necesaria si se quiere seguir al Maestro de Nazaret.


Mucho se ha hablado de la misoginia de San Pablo. Quienes nos presentaron un Pablo alejado de las mujeres y poco amigo de ellas, o no conocían bien los escritos de Pablo o dejan ver su propia aversión hacia la mujer. Poniendo a Pablo de ejemplo consiguen lo que quieren:



1.- Apartar a la mujer de funciones de autoridad en la Iglesia y denigrarla. Lo consiguen pero quedan como varones que piensan y toman decisiones que corresponden a la mujer, hoy diríamos que practican una Ética Paternalista propia de la Cultura Patriarcal que tanto ha influido en la exclusión de la mujer en la toma de decisiones que les afecta a ellas e influyen en las Comunidades. La falta de participación del pensamiento femenino en el conjunto de las Sociedades ha supuesto un empobrecimiento que nos afecta a todos. Transmisores que desconocían la gran personalidad de Pablo de Tarso.

2.- Ocultar su función de Apóstol encomendada por Jesús de Nazaret. Entre sus hermanos, "Apóstol entre los Apóstoles", es el título que recibe María de Magdala en las primeras Comunidades Cristianas.


El: "Anda, ve a decirles a mis hermanos"


que el Maestro le otorga, es una llamada a proclamar la Resurrección de Jesús. La primera llamada fue de seguimiento, de Discípula, la segunda de Apóstol. La mujer se convierte en garante del Mensaje de Jesús de Nazaret, la que cuida que no se desvirtúe su contenido, así lo quiere el Maestro.


Pablo es un varón que se adelantó a su tiempo y sus compañeros no lo entendían. Tuvo que convocarse toda una Asamblea en Jerusalén para que la circuncisión no se aplicara como norma a los cristianos que no eran judíos. Armó un buen escándalo cuando defendió que las mujeres estuvieran presentes en la Asamblea, lugar donde se discutían y tomaban decisiones importantes sobre la Iglesia, sus compañeros judíos no lo aceptaban. En ocasiones se desvía el tema y se dice que era en la Liturgia, algo que no tiene sentido. Lo consiguió aunque tuvo que ceder y consentir que lo hicieran cubriéndose la cabeza, costumbre de la época cuando la mujer estaba en un lugar público en presencia de varones. Hoy en pleno siglo XXI las mujeres no pueden estar en las Conferencias Episcopales, órgano de mayor representación de la Iglesia en cada país. Se alega que son de Obispos y según la lógica de ellos la mujer no puede serlo. Pablo de Tarso expondría todos sus argumentos para que pudieran estar. Lo conseguiría. En su Primera Carta a los Corintios Pablo les dice que transmite lo que él recibió (1Cor 15, 3-5). Esa Tradición que él recibe se la transmiten hombres y mujeres. Algunas de esas mujeres fueron sus Maestras. Necesitamos volver a leer a Pablo con una mente abierta y sin prejuicios. Necesitamos vovlver a descubrir a Pablo de Tarso. Lidia quedó impresionada por sus argumentos y no dudó en seguir al Maestro de Nazaret del que Pablo le habló. Hoy, cuando a las mujeres nos dicen: San Pablo, ponemos cara de no gustarnos. Tantos siglos presentándolo como adverso a la mujer es normal la reacción. Si son los varones tampoco salen muy bien en el conocimiento de Pablo de Tarso pues lo ven como un reaccionario, autoritario y acomplejado. Quizás tengamos que ser hombres y mujeres unidos quienes volvamos a presentar a un Pablo totalmente nuevo y desconocido para muchos, su personalidad volverá a calar en el Pueblo de Dios.





Y a ti ¿Quién te condena?







El número y nombre de mujeres que los "Hechos de los Apóstoles" nombra elogiando su trabajo es numeroso. También Pablo quiere que estas mujeres no se olviden y las tiene siempre muy presentes. Algunas de ellas quedaron grabadas con letras de fuego en el papel y en el corazón de las Comunidades Cristianas. Sólo pondré algunos de sus nombres por estar suficientemente documentadas en el Nuevo Testamento y estudiadas en otros lugares.


Lidia, Febe, Trifena y Trifosa, a Persida, Patroba, Julia, Olimpa, la madre de Rufo, Junia, Evodia, Laodicea, Ninfa, Sintique... Ellas fueron compañeras muy amadas de Pablo de Tarso, Maestras y Colaboradoras en su trabajo misionero. Un número de mujeres sin fin se iban sumando al Evangelio, sin ellas la expansión del mensaje hubiera sido imposible. Ni la historia ni la Iglesia ni las pequeñas Comunidades donde ejercieron han agradecido suficientemente la labor de estas mujeres. Hoy se hace todo lo posible desde las altas jerarquías por olvidar sus nombres y mucho más su función de Apóstol que realizaron por Amor a Cristo y su Madre María.

El Reino de Dios necesita personas osadas y avanzadas, muy libres como Pablo de Tarso. Hombres y Mujeres necesitamos apoyarnos los unos en los otros para enriquecernos y poder avanzar en el Reino del Dios-AMOR.

"Para ser libres nos liberó Cristo" Pablo de Tarso a los Gálatas 5, 1